Intervención patrimonial - Reutilización adaptativa
En arquitectura nada muere, pues entender y rescatar el pasado es un compromiso y uno de los mayores desafíos. Sólo existen momentos de espera que deseosos suspiran volver renovados sin que nadie destruya su impronta original.
Proyectos y Dirección General Estudio Mallea+Román y Asociados:
PREMIOS AL PROYECTO ARQUITECTONICO:
“Oro Global”, 2014 en categoría: “Arquitectura y Paisaje” en The Best of Tourism organizado por Great Capitals of Wine
“Mejor Bodega del Nuevo Mundo” 2019, Star Awards en Wine Enthusiast
Nada puede quedar colgado en el perchero olvidado en un húmedo rincón de viejos altillos, o tal vez en la última percha en el fondo del armario de un solitario cuarto cerrado bajo llaves, o quizás escondido en el crujiente cajón de maderas cuya tapa chilla de óxidos en sus bisagras albergando tesoros o viejas fotos en sepia temerosas de la luz del sol.
La historia no admite olvidos, sepulturas, abrigos de polvos y mohos.
La historia palpita a través de los tiempos y anclada en espacios reclama presencia, transita en episodios buenos y malos, y del buen trato y sabiduría muchos de ellos logran brillar con todo su esplendor.
Pequeñas y grandes cosas están presentes aunque no las veamos, ocultas en apariencia pero imposibles de no percibir, siempre apelan con sus gritos y susurros flotando en el tiempo para ser recordadas y valoradas. Como aquellos espacios que murmuran al ser transitados con voces que cosquillean oídos junto a esos perfumes y hedores de esfuerzos ricos, trabajos de orgullo, que se manifiestan en rayos de sol acompañando el paso al andar, penetrando por las hendijas de muros agrietados, por pequeñas ventanas o grandes aberturas que se muestran como reflectores cortando el espacio para decir aquí estoy, te recibo y también apelo a tu entendimiento y creación para volver a respirar.
La historia nos pertenece, de ella dependemos, no existimos sin sus raíces, venerarla es nuestra obligación. Quizás, el arquitecto Adolfo Mallea pudo apreciar tanta riqueza que el tiempo no pudo pulir, al recorrer el “espacio tiempo” de la bodega Trapiche, inserta con su impronta florentina en medio de olivares y exquisitos varietales, paisajes de vides, contenidos entre maravillas montañosas bajo un cielo siempre roto por un sol ardiente y acompañando la estampa esas aguas que nutren de vida suavizando grietas en la tierra que fortalecen racimos de jugosas uvas para luego llegar al mundo con sabor a vino.
Renacimiento de un emblema provincial - 2007 - 2014
El estudio de arquitectura Mallea Roman + Ingeniería logró el paso de olvidos y descuidos a pulidas consideraciones y aportes, brindando con todo esplendor una de las intervenciones arquitectónicas más importante en el rescate del patrimonio de la provincia de Mendoza.
Hoy su imagen da vueltas por el mundo y enorgullece con oros y aplausos a todos los mendocinos que vemos en ella el mejor reflejo de nuestra identidad como fiel estandarte de la vendimia y de la siempre bien recordada “Mendoza tierra del buen sol y del buen vino”
En busca de un organismo vivo
Nada existe a modo individual, todo se vincula en el complejo sistema del universo
A Bodega trapiche la conforman diversos elementos interdependientes: vides, olivos, plantas xerófilas, flores y pastos frescos, animales libres que circulan entre cultivos y disfrutan de charcos de aguas limpias, suelos enriquecidos, personas y edificios, energías que se vinculan en armonía nutriendo y envolviendo un todo de particular aspecto dispuesto a entregar las riquezas que la arquitectura elaboró par dar su mejor respuesta.
Pisando hojas secas pintadas de ocre, naranja y marrón, mientras que otras escapan acompañando la suave brisa otoñal, me acerco a la entrada principal del predio que contiene a la prestigiosa bodega.
Allí, luego de un fuerte apretón de manos, el arquitecto Adolfo Mallea con agradable entusiasmo me invita a iniciar un recorrido para degustar cada una de sus partes, camino que en condiciones de abandono y falta de entendimientos tuvo que realizar junto a su esposa la arquitecta Matilde Román, cuando le propusieron el renacer de Bodega Trapiche.
En un sector al este de la propiedad, un gran portón de rejas, destinado al acceso de turistas y comensales, se abre y recibe nuestros primeros y curiosos pasos, un camino contenido entre viejos y recuperados viñedos, una senda que conduce y muestra la principal y más interesante vista de la obra ya terminada, resplandeciente con su fuerte e histórica presencia que en un principio parecía haber entrado en agonía, y hoy luce enriquecida por intervenciones complacientes que surgen de un cuidadoso estudio que entrelaza diálogos afables entre presente y pasado, entendimientos señoriales y elegantes con sutilezas despojadas de vanidades.
A pocos metros de comenzar el recorrido nos encontramos con una fuente de rocas contenidas en un formato rectangular, de diseño delgado, lineal, cuya extensión acompaña la observación para entender mejor esas aguas que emergen con delicada fuerza, chorros que con su imagen cristalina y frescos sonidos emiten un ancestral homenaje “de las altas cumbres montañosas bajan estrepitosas las aguas rompiendo rocas para nutrir la sequedad de los suelos mendocinos”..
El camino se bifurca a derecha e izquierda, donde se ubican los estacionamientos que a modo de amplias bandejas parecen contener los bloques macizos del ayer con los cristales nuevos que los albergan ofreciendo una imagen general, integrada en un complejo desarticulado con piezas que aparentan jugar en solitario, sin embargo la fluidez de los tiempos y los espacios brindan la mejor enseñanza de cómo tratar las diferencias para que nada pierda su carácter y la sabiduría puesta en los enlaces crean un todo embriagador que hace honores a los sabores de los buenos vinos.
El eje marcado en el inicio del recorrido, se pierde ante la diversidad de perspectivas y enfoques que permiten a los visitantes admirar cada una de las piezas arquitectónicas y paisajísticas. Por ello existen personas que guían a los interesados en un circuito diferenciado de aquel que compete sólo a la elaboración, circuitos que evitan superposiciones y a la vez pulen las visiones para que la comprensión del sitio sea la más adecuada, aunque el aire que se respira y el espíritu de lo concebido no necesita de guías, basta solo la contemplación. Entender con las emociones libres de egos y razones.
“quien parte del supuesto de que para intervenir en el edificio histórico no es necesario emplear lenguaje contemporáneo, hay que respetar la peculiaridad y la singularidad”
" ... Me ha sido útil entender que la arquitectura va irremediablemente al sentido de pasar por este mundo en determinado momento.
Del mismo modo que los edificios nunca están solos, también desde nuestros genes estamos menos solos de lo que nos parece. La arquitectura es el testimonio más flagrante....."
Arq Rafael Moneo
..." basado en el pensamiento del Arq. Rafael Moneo y de mi experiencia personal considero que todo ello nos lleva a una armonía entre lo antiguo y lo actual, sin necesidad de reproducciones de diseños y lenguajes históricos; interactuando sutilmente y con sensibilidad en la introducción de los espacios que adquieren otros propósitos”.
Arq Adolfo Mallea
Recepción turística…“un edificio nuevo, "camuflado" detrás de un muro original de ladrillo, que antaño fuera el frente de la residencia del encargado, el cual se rescató dado el fuerte valor histórico que impregna su presencia”..
Un muro de gran valor había quedado suelto y exigió de refuerzos delicados e ingeniosos, ya que fueron demolidas construcciones de adobe que amenazaban con posibles y prontos derrumbes.
El deseo de no interferir es una consigna tomada por el estudio y por los dictámenes de un espacio que no admite intrusos. Por y para ello, estratégica fue la ubicación del edificio de recepción propuesto por el estudio detrás de un muro que comulga con las naves existentes. Paños verdes y jardines xerófilos lo contienen con sus diferencias, coexistencias que destilan respeto y armonía.
La evidente sencillez del nuevo edificio, exhala una obstinada obsesión por la consideración hacia todos los rasgos distintivos y peculiares de su cuna florentina.
Su diseño, una liviana estructura, con franca horizontalidad utilizada en el techo acompañando los planos verdes junto a las diversas tonalidades terrosas de delicados tonos pastel cedidas por los jardines xerófilos diseñados adecuadamente para acompañar los existentes.
Con la misma reverencia, los cierres vidriados permiten contemplar, sin mediar interferencias, la báscula original y la fachada norte de la nave principal, sin olvidar la pirámide de cristal y la genuina y erecta verticalidad de la chimenea de ladrillos (afortunadamente salvada de una posible demolición) que como suricata observa las creaciones a su alrededor.
La sala de microcine, tan bien concebida e integrada al espacio exterior con sus grandes ventanales, tuvo que ser refuncionalizada para mimetizarla en el dinámico concepto de integración ambiental, donde todo fluye y nada queda estancado en un recinto apartado.
Se aprovechó la zona wine shop para ubicar taburetes de diseño elaborados con gruesos maderos pulidos para que desde allí pudiera observarse a través de una gran pantalla todo el movimiento de la bodega, contenido entre el fuerte enlace del rojizo material para que el curioso paseo de los visitantes por los distintos sectores no encontraran obstáculos en sus pasos logrando un andar que nunca perdiera su contacto con el exterior y sus mejores vistas creadas por el cuidado diseño del estudio.
Nave de Barricas…“el sector noroeste del edificio histórico, había "vaciado" su interior, el cual recibió refuerzos estructurales sin herir los exteriores originales. Era inevitable ante ese panorama incluir la posibilidad de hacer tres niveles respetando la "caja" externa, creando espacios especiales para enriquecer y aumentar la funcionalidad interna”.
El visitante, luego del SUM o Nave de adoquines, ingresa por el andén a la Nave de barricas. Especialmente diseñada como área para eventos especiales y de degustaciones según el interés y permanencia en el lugar. Para enriquecer la propuesta se construyó una terraza-deck hacia el oeste, aprovechando la oportunidad de vincularse con un espacio con buenas características paisajísticas (Incluida una reserva de agua a modo de laguna), y sobre todo poder contemplar la montaña desde un nivel superior.
Cuenta con tres niveles: el semi subsuelo para sala de barricas, el primer nivel destinado al acceso de visitas y "galería" de visualización de barricas, y el segundo nivel para espacios de degustación, permanencia del turista y eventos especiales. El manejo de interiores requirió de especial búsqueda y dedicación dada la fuerza expresiva de lo ya existente.
Espacio Pirámide… Espectaculares vistas que identifican y muestran la íntima asociación entre elementos de diversos orígenes que logran beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital.
La idea fue potenciar un eje preexistente, con incorporaciones que permitieran configurar, a modo de metáfora, la cultura del vino y su producción. Como la fuente de piedras, la pirámide de cristales y la chimenea que conserva cada uno de sus detalles originales
Un gran espacio abierto y central se abre y permite irradiar las visuales como pivote de entendimiento, enmarcado por los fuertes muros de la antigua bodega y la sutil transparencia de los nuevos aportes. En parte es plaza seca porque debajo hay piletas, y otro, frente a la Recepción de Turismo, es un cuidado jardín xerófilo, diseñado por el estudio junto a la síntesis perfecta de los paños verdes que se acomodan en la rusticidad conservada.
Sala de adoquines… “El concepto de revitalización implica la posibilidad de dar nuevos roles a los espacios”.
Bajo este enfoque se abordó el rediseño interior de la Nave de Adoquines - SUM. Sala que fue completamente recuperada con elementos constructivos originales mediante la restauración de un hermoso piso de adoquines de madera, motivo por el cual comúnmente es denominada Nave o Sala de adoquines, además de pulidos y cuidados tratamientos en paramentos y techumbres. Potenciando las conexiones con las zonas de piletas de hormigón, refuncionalizadas, actualizadas y en uso, sujetas a la contemplación mediante carpinterías vidriadas y galerías. Estableciendo una nueva dinámica del espacio, para eventuales muestras de arte, exposiciones y eventos especiales. Como parte significativa de intervención se dispuso de una obra del orfebre Juan Carlos Pallarols llamada “Tributo” en honor a los productores, bodegueros y en general a los viticultores mendocinos, sólo se sugirió la ubicación y el diseño de la base.
Sector Andén… “la fachada sur del cuerpo edilicio más imponente de la bodega y quizás la más relevante por sus detalles, cobija este sector, correspondiente a una de las mayores intervenciones en espacios y recorridos externos. Una entrega total donde el presente pudo valorar la impronta del ferrocarril y su pasado”.
Casi oculta detrás del cuerpo mayor del complejo edilicio y de las riquezas que ofrece el paisaje desde las rejas del ingreso, aparece uno de los tantos y fieles representantes de épocas pasadas, un ramal de ferrocarril interno de dos vías, fundamental para la actividad vitivinícola, donde se recibían insumos enológicos y expedían vinos y productos terminados.
Para el recorrido de los turistas, fue prudente tomar distancia para apreciar mejor en perspectiva la fachada, que a través de pequeñas rampas y un puente, se puede llegar hasta su majestuoso ingreso.
La pequeña estación Coquimbito y un par de vagones quedaron atrapados en el lugar y en el tiempo a la espera de próximas intervenciones.
Sala de prestigio… “el lugar de las ediciones especiales de los vinos de TRAPICHE, su cuvèe y guarda del historial de las mejores añadas, sector para degustaciones de especialistas y marketing selectivo”.
Antes de la intervención se hallaban dos antiguas piletas en subsuelo, que fueron recuperadas y ambientadas a los nuevos tiempos. Las bocas de acceso se utilizaron como lucernarios, transparentes comunicaciones que apuntan al cielo para junto a él compartir las energías de las leyes universales.
Desde la zona enológica se ingresa a este sector por una escalera antigua cuya elegancia y apreciada presencia permanece impecable.
"La pirámide de cristal, bajo la cual se encuentra el corazón del complejo, es un cuerpo geométrico que viene acompañando a la humanidad en toda la extensión de nuestro planeta. No es casual su base cuadrada para terminar en un punto que se proyecta al cenit y conectarse así con las estrellas y la luna, quizás un principio esotérico, espiritual o simplemente un entendimiento que abraza las energías de unidad donde todo tiene que ver con todo, entendimiento aquí sintetizado por la fluidez de los espacios donde las raíces del pasado no quedan ancladas en el olvido, donde los viñedos aferrados a sus tierras ofrecen sus frutos para el logro de los mejores vinos, los que reposan en la bodega con subsuelos de toneles, barricas y botellas, cuidados y protegidos pero que con criterios acertados pueden ser visualizados a través de pisos de cristal y dobles alturas. No existe un solo rincón donde no se pueda ver, sentir y dejarse llevar por el embriagador embrujo que los aromas y los sabores del vino ofrecen y que la Arquitectura Interpreta para que la espiritualidad de su existencia no sólo sea contenida por toneles de madera y botellas de vidrio o, simplemente degustados por labios de sabios catadores y neófitos interesados."
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