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COCINAS MINIMALISTAS
Sólo lo esencial está a la vista

Adiós a todo lo que no sea estrictamente necesario y mayor presencia para lo que usamos diariamente. Este estilo es ideal para las cocinas pequeñas, porque ayuda a que la cocina gane sensación de amplitud.
Con líneas puras y simples, pocos objetos a la vista y colores neutros, colocan el broche a la decoración. El ambiente que se respira en este tipo de cocinas es de confortabilidad y paz, sensaciones muy propias de esta filosofía de vida.

Es recomendable huir de las cocinas llenas de muebles, accesorios, pequeños electrodomésticos, etc. Esto no quiere decir que no se cuente con todos esos elementos, pero tienen que estar guardados y ordenados en armarios que no interfieran en la fluidez del espacio.
Acotado y discreto espacio para esta cocina que todo lo tiene. Pero, el diseño del muro de fondo junto al pequeño desayunador
Con gran sencillez, el mobiliario se maneja ligeramente en busca de conexiones con otros ambientes rompiendo con la opresión de los espacios pequeños.
El espacio debe estar libre de lo superfluo, de elementos que son innecesarios a la vista, no debe perderse en ningún pequeño detalle. Esto hará además que la cocina luzca más grande, ya que estará relajada de cualquier obstáculo visual y presentará una imagen no estanca y abarrotada.

Es fundamentas el uso  de los tonos neutros. La base de estos espacios contempla colores sobrios como el blanco, gris o pasteles, esto no sólo permite discreción y elegancia, sino una mayor sensación de amplitud. Para añadirle personalidad y que la cocina no luzca fría, es recomendable ciertos toques de color que salpiquen el ambiente incluyendo tonos madera como el de la haya,  el peral o el cerezo. Los tonos marrones, beige y tostados son siempre bienvenidos.
El uso de más de dos tonalidades puede confundir y recargar la sensación espacial. No obstante, pueden introducirse texturas lacadas en blanco o metalizados logrando sutiles combinaciones con las superficies lisas.

La elección de los muebles es importante, teniendo siempre presente la influencia de las líneas rectas y la ausencia de ostentaciones, hay que decantarse en este tipo de muebles. No más tiradores, cajones, puertas, encimeras cuyos dibujos aparecen como parte de la decoración, éstos deben estar contenidos en el diseño pero sin cobrar protagonismo.
El equipamiento de la cocina y otros que integran el estar y el comedor, aparecen empotrados. Con su limpieza liberan el manejo de aquellos muebles.
Encerrada en su concepto funcional, esta cocina elige su rincón y se brinda a través de los espacios que juegan con los volúmenes negros.
La iluminación requiere de consideraciones especiales. Deberá potenciarse la entrada de luz exterior y pensar bien la distribución de los muebles para que éstos no estorben su entrada. Los armarios con puertas translúcidas o transparentes para la vajilla combinan a la perfección, pues acompañan sutilmente el manejo de los planos limpios. Permiten además, proyectar mejor la luz al resto de la habitación.

Lo que sí puede ser visible es una o dos plantas naturales o velas flotantes sobre un jarrón de cristal. Estos toques de "vida" son más que suficientes para romper con una supuesta idea de rigidez.
Conceptos para no olvidar:

• Extrema simplicidad de sus formas.
• Utilización de colores neutros.
• Ambiente con equilibrio y armonía.
• Espacios amplios y despejados.
• Evitar  la repetición y redundancia visual.
• Pocos detalles ornamentales.
Equipamientos de cocina empotrados, generan la idea de no ocupar lugar permitiendo que otros ambientes, como el comedor, jueguen con armonía.
Iluminación de carril

Esta versátil forma de iluminación puede funcionar en una cocina si el carril se coloca bien. Por ejemplo, si se coloca un carril en el centro del techo con los focos iluminando el fregadero o el horno, cada vez que se coloque alguien delante de esta zona proyectará una sombra hacía delante.

Para lograr una iluminación sin sombras, hay que colocar el carril sobre el área que se deseé iluminar con los puntos de luz hacia abajo.
Iluminación escondida

El tipo más corriente de iluminación escondida consiste en luces colocadas debajo de los muebles o estanterías de pared, suspendidas sobre las encimeras de la cocina. Dirigen la luz justo donde se necesita. Asegura que la luz está lo bastante baja como para no darte en los ojos, algo que podría resultar peligroso cuando se trabaje con cuchillos afilados o líquidos calientes.

Otro tipo de iluminación escondida consiste en tubos fluorescentes colocados detrás de paneles translúcidos en el techo. Las lámparas fluorescentes no son bonitas, pero con ella se obtiene una iluminación clara, que ahorra energía y además los tubos no se ven.
Lámparas del techo

Pueden proporcionar una buena iluminación general. Pero si es la única fuente de iluminación, proyectará sombras y dejar alguna zona de la cocina mal iluminada. Es mejor utilizar una luz de techo junto con otros accesorios de iluminación, como un carril o luces escondidas.

Las lámparas del techo pueden utilizarse retirando las de su tradicional posición en el centro del techo y colocándolas sobre las zonas de utilidad.




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