ALONI
Camuflajes en la montaña
En una isla paradisíaca donde la blancura de sus casas y arenas junto al mar dibujan postales de enormes atractivos turísticos en todo el mundo, se oculta bajo las rocas esta peculiar vivienda que sólo pretende gozar del sabor y la tranquilidad de la tierra entre las montañas.
Aloni es una casa, pero está camuflada en el entorno en el que se encuentra, de tal forma que mirándola desde arriba, desde el cielo, apenas se aprecia su presencia.
Se encuentra en la isla de Antiparos (en Grecia) y ha sido diseñada por un estudio de Atenas llamado Deca, que ha aprovechado la ladera de dos montañas para crear su particular casa.
La edificación está casi sumergida bajo tierra y fusionada con el medio-ambiente como una adaptación a la topografía del lugar. Los patios exteriores y las paredes blancas son los que nos dan una muestra de que hay una casa, los que la delatan, y las terrazas, que harán las veces de tejado, están cubiertas de la misma vegetación que la tierra que la circunda.
Esos patios sirven también para separar el espacio interior dividido en cinco áreas de vida.
El resultado es una casa protegida de los embates externos y con una iluminación totalmente natural, ya que recibe la luz del sol por todos sus costados.
Está situada en una zona rústica, lejos del ruido y el bullicio de la vida de la gran ciudad, con grandes vistas y un entorno tranquilo en el que vivir. Todo un lujo que acoge en su interior criterios propios de una decoración totalmente contemporánea.
REFUGIO EL TIBET
A diferencia de la mayoría de las construcciones que intentan sabiamente protegerse bajo la naturaleza, este sorprendente refugio adopta la impronta de la montaña, sin agresiones, sin pretensiones. Todo en paz, todo en armonía.
Este centro de información está situado en Pai Town, Linzhi, Tibet, un pueblo que ha tenido un destacado crecimiento turístico en los últimos años.
El edificio de aproximadamente 1500 m2, responde a un programa bastante complejo que incluye una recepción, una sala de información, una tienda, un café, una enfermería, una sala de equipajes, salas de reuniones, oficinas para los guías turísticos, un tanque de agua y una planta de energía que abastece al pueblo. Funciona como recibidor de turistas, a quienes les proporciona información sobre el Monte Namchabawaand y el Gran Cañon. Sirve además, como base y refugio para los turistas mochileros que van a visitar el lugar.
Los muros de piedra se van acomodando a la geografía y hacen que el edificio se camufle con el entorno, sin alterar la naturaleza virgen que caracteriza al sitio donde se emplaza.
Se implanta sobre una barranca al lado de una ruta que conduce a un pueblo inmerso en las profundidades del Gran Cañon Yaluntzangpu, enfrentado al río que lleva su mismo nombre y a 7782 metros de altura, teniendo como fondo al Monte Namchabawaat.
Como si hubiese emergido de la montaña misma, está concebido por una serie de muros de piedra que cincela los dictámenes topográficos. No posee vistas hacia la ruta, pero desde allí hacia la obra, no se puede distinguir si es un edificio o unas ruinas en la base de la montaña.
A pié, los turistas siguen un camino indicado por muros de piedra, que los conduce hasta encontrarse con la entrada principal, la recepción y el hall de exhibiciones principal iluminado por la luz cenital que cae sobre él y una ventana al norte dirigida al río Yaluntzangpu.
Con el mismo criterio impuesto por los muros de piedra de un metro de altura, los visitantes van encontrando distintos sectores en distintos rincones, siempre bajo las directivas de los muros guía: los baños públicos, un lugar de guardado, el café junto a un espacio de descanso y la clínica médica.
Las oficinas están en la segunda planta junto a una terraza. El tanque de agua y la central eléctrica están escondidos bajo la escalera.
Luego de un breve descanso, obteniendo información útil sobre el territorio, los turistas continúan nuevamente a través del diseño de las rocas dispuestas en zig-zag para explorar durante días las inmensidades del Monte Namchabawaand.