THE RAZOR
Eficaz combinación de paredes de cristal templado con hormigón armado
Construida como una pieza arquitectónica única, la residencia Razor sorprende a más de uno por su diseño: una estructura de hormigón armado pulido blanco rodeada en su totalidad de cristal y sumergida en la roca del acantilado.
La impresionante residencia Razor en la costa pacífica de la Jolla, California, cuenta con un área de más de 1,000 metros cuadrados y prácticamente encima del Océano Pacífico sobre una cuesta. Las posibilidades de ejecución eran muchas, pero complicadas en el momento de respetar del código de edificación.
El bosquejo inicial sólo era una caja enorme que luchaba por mantenerse en el centro de la propiedad. Siguiendo los pasos de la tradición de Wright de la arquitectura orgánica, representaba un proyecto totalmente opuesto: un edificio de bajo perfil que cercaba el perímetro del lugar, dejando un patio abierto en el medio.
El concepto entero de la casa se entregaba al tema de las visualizaciones, tenía que buscar espacios extensibles por todos lados para poder capturar la impresionante vista. A pesar de que la casa parece y actúa como una especie de pabellón de cristal, el peso de la estructura es el que le permite el sentimiento de permanencia. El vidrio ofrece la vista, pero es el hormigón armado lo que la hace sentir eterna.
Las paredes de la vivienda están construidas mediante un hormigón pulido cuya superficie remeda la del mármol natural, en cuanto a brillo y acabado.
La vista de los acantilados se encuentra en dirección norte, y al oeste está el mar, por lo que el diseñador “empujó” el borde principal de la casa tan al norte como pudo, hacia la vista principal, lo que permitió que la luz del sur entrara en el enorme patio y llegara a todos los puntos del “donut” de cristal.
Para evitar ser visto por todos y al mismo tiempo no estropear la vista de los demás vecinos, se utilizó una estrategia poco común. El código de construcción permitía elevar una estructura hasta casi 10 metros de altura, pero, para no contradecir las normativas y ejecutar el opuesto pero firme propósito de la obra, ésta se ejecutó hacia abajo y colocar la casa en una suerte de hueco creado con paredes de retención.
La residencia Razor cuenta con 4 habitaciones, 6 baños y una casa de invitados de dos pisos adyacentes, con gimnasio, un ascensor de vidrio y una enorme piscina que parece emerger de la vivienda formando un plano fresco, lleno de energía y presencia escénica.
Todos los cuartos tienen vistas maravillosas pudiendo ver hacia arriba, hacia abajo y hacia todos los costados, permitiendo que la luz del sol llegue desde múltiples direcciones.