EL MANGALETA
Rocas que emergen del monte
Este pequeño complejo debe sus cualidades a sus numerosas limitaciones. Todo empezó cuando se tomó la decisión de realizar tres cabañas y una pileta con destino turístico.
El presupuesto era acotado y el código de edificación también: en medio del monte, en Villa Icho Cruz (a 15 kilómetros de Villa Carlos Paz), las casas deben tener techo en pendiente, ésta debe ser de 25 grados y como mínimo de dos aguas. La superficie mínima permitida es de 65 m2. El monto de la inversión se fue achicando a medida que se construía el complejo. Eso estableció la magnitud y las características del proyecto. El terreno fue determinante, con un desnivel de unos 15 metros desde la calle al fondo.
El programa exigía la construcción de las tres viviendas de modo tal de aprovechar bien el tamaño del lote y las vistas. La orientación se pensó en sentido de la bajada de la pendiente, tomando la precaución de situar las casas de modo que ninguna interrumpiera las visuales de la otra. Las tres unidades resultaron idénticas: un rectángulo que contiene el dormitorio y los servicios, mientras que una galería proyectada hacia el exterior alberga un lugar de estar y una parrilla.
En un comienzo se había sugerido emplear ladrillo cerámico revocado, pero por cuestiones económicas se decidió por e l bloque de hormigón revestido en ladrillo. Para mejorar la calidad térmica y las condiciones de humedad.
Amplios ventanales dan a la galería y a la pileta de 42 metros cuadrados que, junto con las áreas de estacionamiento, completan el complejo. En el interior, la austeridad se mantiene. Se pintaron los bloques y el piso se hizo de cemento alisado. El baño está revocado y pintado con epoxi. La prioridad era reducir los costos al mínimo posible y esto podía lograrse quitando rubros de obra.
El diseño del proyecto llevó un mes y su construcción, cuatro meses aproximadamente. Este trabajo se presentó en la convocatoria de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo en. Las esperanzas se centraron en la estrategia sobre el posicionamiento en el terreno y una materialidad que no pretende disimular nada.
El Mangaleta es una de las cuatro obras argentinas distinguidas por el jurado internacional de la BIAU 2014. Argentina obtuvo un lugar destacado por la gran cantidad de obras premiadas.
En líneas generales, la BIAU promete exhibir una gran variedad de propuestas. Las obras seleccionadas están situadas en entornos rurales y urbanos y responden a diversas tipologías: desde viviendas hasta un museo y un colegio profesional.